La Comunidad de Regantes de Lorca es un ejemplo de cómo la modernización de infraestructuras se traduce en avances en la gestión del agua. Ahora llegan nuevos planes de inversión, pero también nuevos desafíos que analiza Juan Marín.
– ¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta la Comunidad de Regantes de Lorca en 2022?
–El principal reto es qué va a pasar con la dotación de agua en el Trasvase, ya que en tres meses nos dicen que se va a cortar. En segundo lugar, el agua que llegue, vendrá de otras procedencias, como el agua desalada o agua de Torrevieja, y con el incremento tan importante del precio de la energía se acabarán disparando los costes. Todos sabemos que la parte de agua que corresponda al agua desalada va a sufrir un incremento muy importante, y es algo que está provocando una honda preocupación. A esto se le suma que venimos de dos años con agua en la cuenca, pero en los últimos meses la ausencia de lluvia empieza a preocupar a los regantes. Con menos aportes empieza a calar la preocupación por lo que pueda ocurrir a medio plazo, a partir de primavera.
– Un cóctel explosivo…
–Desde luego, menos capacidad de agua, más costos por obtener ese agua y la tan temida incertidumbre, porque además desconocemos cuál va a ser el precio del agua que nos llegue y, por tanto, la repercusión en la factura. Desde luego, sin ayudas, el agua podría alcanzar un precio prohibitivo.
– En cuánto a las obras previstas en la modernización de regadíos, ¿cómo afronta esta comunidad las próximas inversiones?
–Ya en 2015 se invirtieron cerca de 17 millones de euros en la finalización de la modernización de regadíos, que supuso grandes avances, y ahora hay un nuevo plan en el que está previsto invertir 13 millones de euros para seguir ganando en capacidad de regulación de aguas y reservas, eficiencia y apostando por energías renovables y limpias con la instalación de placas solares y turbinas que permitirán generar corriente y reducir las elevaciones para que el agua llegue a todos los puntos del regadío lorquino. Es un gran reto. Esperamos firmar el convenio en las próximas semanas y que nos den fecha para la licitación de las obras. Una de las actuaciones será la modernización de la canalización de las aguas que llegan desde el embalse de Puentes, que permitirá acabar con las pérdidas de agua del canal tradicional. Si somos capaces de recuperar agua y esto lo hacemos además con energía limpia, será un éxito del que debemos estar orgullosos. Es lo que buscamos, una comunidad de regantes mejor planificada, más modernizada y, sobre todo, más eficiente y sostenible.
– ¿Qué supondrán estas inversiones en materia de sostenibilidad?
–Se estima que con las dos grandes instalaciones de producción de energía limpia que son una planta solar fotovoltaica y tres grandes turbinas, se generará más de un megavatio de energía. Luego queremos hacer una vía verde sobre ese canal que va desde Puentes hasta el regadío lorquino, con compatibilidad para la fauna de la zona. Apostar por la optimización, la regulación y la energía limpia es el futuro y hacia donde debe ir una comunidad de regantes que quiera ser sostenible.
– ¿Cómo está afectando la subida de la electricidad a la CR?
–Somos la segunda comunidad de regantes más amplia de cuantas hay en la Región de Murcia con 25.000 hectáreas y distintos puntos de captación de agua, con lo que todo esto supone en costes de energía a la hora de impulsar el agua hasta el extenso regadío. Este año habíamos presupuestado los gastos en un millón de euros, teniendo como referencia la factura del ejercicio anterior, pero si el precio de la energía no cambia nos iremos a un presupuesto de 1.800.000 euros, lo que supone un incremento de 800.000 euros más en energía. Hasta que no tengamos las nuevas fuentes seguirán aumentando los costos de producción derivados de la elevación y la impulsión del agua afectando al pequeño y gran agricultor.
– Está en tela de juicio el Trasvase Tajo-Segura una vez más. ¿Cómo afronta la situación la CR Lorca?
–Esta comunidad de regantes forma parte y está unida al Sindicato Central de Regantes y lucharemos junto al resto de comunidades hasta última hora para que no se reduzcan esos caudales. No hay que olvidar que en 2027 con los caudales ecológicos podríamos perder una dotación de agua muy importante. También hay una normativa referente a la reducción del agua a extraer en el acuífero, por lo que nos presentaríamos en 2028 en un escenario con restricciones importantes. Hay que luchar para que se mantenga la calidad del río Tajo y de afluentes como el Manzanares aguas arriba, para que aguas abajo esa misma calidad siga presente y no se reduzcan así los caudales ecológicos. Siendo aguas de mayor calidad se necesitará menos agua limpia para diluir el agua sucia.
Fuente: El Periódico La Verdad